lunes, 24 de junio de 2013

CARABOBO VISION LIBERTARIA SURAMERICANA

Hoy a los 192 años de la Batalla de Carabobo, realizada en el inmortal campo de Carabobo, ubicado en Tocuyito, Municipio Libertador del Estado Carabobo. Batalla que sella la libertad de Venezuela. Igualmente hago resaltar que se esta celebrando el Día del
Ejercito Bolivariano, mediante decreto del año 1949, por decreto del Coronel Carlos Delgado Chalbaud. En 1958 a raíz de la caída del Marcos Pérez Jiménez, se divide las fuerzas del Ejército en Marina, la Armada, Aviación y Guardia Nacional. Como organismo depende directamente del Ministerio del Poder Popular para la Defensa, a las ordenes del Comandante General y del Comandante en Jefe de las FANB, quien actualmente (luego de la desaparición física del ex presidentes Hugo Rafael Chávez Frías) y actualmente en manos del Presidente Nicolás Maduro. El glorioso Ejercito Bolivariano a traspasado las fronteras de la patria para llevar la libertad a otras tierras y crear las repúblicas libres y soberanas.
Igualmente hay que resalta que cada 24 de junio se celebra el Día de San Juan Bautista,  día de fiesta en las costas Venezolanas donde el pueblo devoto, donde se realiza actos de carácter religiosas y culturales durante la medianoche, el amanecer y la noche de la celebración. Esta fiesta coincide con la entrada de las lluvias y generalmente el 24 de junio llueve, la procesión recorre el pueblo, el  recibe dadivas, agradecimientos y reconocimientos y los tambores suenan fervientemente para animar la fiesta. Volviendo a la Batalla inmortal de Carabobo, en la antesala de la batalla, Miguel de la Torre, comandante realista distribuye sus fuerzas, unos 4.000 hombres para cubrir por el oeste y el sur. La primera línea defensiva esta dirigida por el Teniente Coronel Tomas García, la cual  se organizo en tres batallones. El Batallón del Valencey a cargo del Teniente Coronel Andrés Riesco, el Batallón ligero de Hostal Rich comandado por el Teniente Coronel Francisco Illas.
Bolívar con 8.000 hombres a su cargo planifica la Batalla en tres divisiones, la primera a cargo de José Antonio Páez, formada por los batallones Bravos de Apure (liderada por el Teniente Coronel Francisco Torres) y el batallón Cazadores Británicos (al mando del Coronel Thomas Ildeston Ferriar), además de 7 regimientos de caballería. La segunda, comandada por el General de División Manuel Cedeño, y constituida por los batallones Tiradores (dirigida por el Teniente Coronel Ludwig Flegel), y Vargas (Teniente Coronel Antonio Gravete), a lo que se sumaba un escuadrón de caballería. La tercera, bajo las órdenes del Coronel Ambrosio Plaza y constituida por 4 batallones. El de Rifles a cargo del Teniente Coronel Arturo Sandes, Granaderos al mando del Coronel Francisco Paula Vélez, Vencedor de Boyacá dirigida por el Coronel Juan Uslar y Anzoátegui, comandada por el Coronel José M. Arguidegui; completado todo esto por un regimiento de caballería. Siendo las 12 del medio día de aquel 24 de junio todo estaba listo para la gran Batalla y fue una hora después cunado queda sellada la libertad de Venezuela.

           El parte militar de la Batalla de Carabobo, comienza de la siguiente forma:
           Al Excelentísimo señor Vicepresidente de Colombia.
         Ayer se ha confirmado con una espléndida victoria el nacimiento político de la República de Colombia.

        Reunidas las divisiones del Ejército Libertador en los campos de Tinaquillo el 23, marchamos ayer por la mañana sobre el Cuartel General enemigo situado en Carabobo, en el orden siguiente: La primera división, compuesta del bravo batallón Británico, del Bravos de Apure y 1.500 caballos a las órdenes del señor general Páez. La segunda, compuesta de la segunda brigada de La Guardia con los batallones TiradoresBoyacá y Vargas, y el Escuadrón Sagrado que manda el impertérrito coronel Aramendi a las órdenes del señor general Cedeño. La tercera, compuesta de la primera brigada de La Guardia con los batallones RiflesGranaderosVencedor de BoyacáAnzoátegui y el regimiento de caballería del intrépido coronel Rondón, a las órdenes del señor coronel Plaza.
       Nuestra marcha por los montes y desfiladeros que nos separaban del campo enemigo fue rápida y ordenada. A las 11 de la mañana desfilamos por nuestra izquierda al frente del ejército enemigo bajo sus fuegos; atravesamos un riachuelo, que sólo daba frente para un hombre, a presencia de un ejército que bien colocado en una altura inaccesible y plana, nos dominaba y nos cruzaba con todos sus fuegos.
        El bizarro general Páez a la cabeza de los dos batallones de su división y del regimiento de caballería del valiente coronel Muñoz, marchó con tal intrepidez sobre la derecha del enemigo que en media hora todo él fue envuelto y cortado. Nada hará jamás bastante honor al valor de estas tropas. El batallón Británico mandado por el benemérito coronel Farriar pudo aún distinguirse entre tantos valientes y tuvo una gran pérdida de oficiales.
           La conducta del general Páez en la última y en la más gloriosa victoria de Colombia lo ha hecho acreedor al último rango en la milicia, y yo, en nombre del Congreso, le he ofrecido en el campo de batalla el empleo de General en Jefe de ejército.
        De la segunda división no entró en acción más que una parte del batallón de Tiradores de La Guardia que manda el benemérito comandante Heras. Pero su general, desesperado de no poder entrar en la batalla con toda su división por los obstáculos del terreno, dio solo contra una masa de infantería y murió en medio de ella del modo heroico que merecía terminar la noble carrera del bravo de los bravos de Colombia. La República ha perdido en el general Cedeño un grande apoyo en paz o en guerra; ninguno más valiente que él, ninguno más obediente al Gobierno. Yo recomiendo las cenizas de este General al Congreso Soberano para que se le tributen los honores de un triunfo solemne. Igual dolor sufre la República con la muerte del intrepidísimo coronel Plaza que, lleno de un entusiasmo sin ejemplo, se precipitó sobre un batallón enemigo a rendirlo. El coronel Plaza es acreedor a las lágrimas de Colombia y a que el Congreso le conceda los honores de un heroísmo eminente.
        Disperso el ejército enemigo, el ardor de nuestros jefes y oficiales en perseguirlo fue tal que tuvimos una gran pérdida en esta alta clase del ejército. El boletín dará el nombre de estos ilustres. El ejército español pasaba de seis mil hombres, compuesto de todo lo mejor de las expediciones pacificadoras. Este ejército ha dejado de serlo. Cuatrocientos hombres habrán entrado hoy a Puerto Cabello.
       El Ejército Libertador tenía igual fuerza que el enemigo, pero no más que una quinta parte de él ha decidido la batalla. Nuestra pérdida no es sino dolorosa: apenas 200 muertos y heridos.
       El coronel Rangel, que hizo como siempre prodigios, ha marchado hoy a establecer la línea contra Puerto Cabello.
        Acepte el Congreso Soberano en nombre de los bravos que tengo la honra de mandar, el homenaje de un ejército rendido, el más grande y más hermoso que ha hecho armas en Colombia en un campo de batalla.

       Tengo el honor de ser con la más alta consideración, de V. E. atento, humilde servidor.
       Valencia, 25 de junio de 1821.
       Simón Bolívar. 

     La batalla de Carabobo fue la acción más importante para la independencia de Venezuela. A pesar de que la guerra proseguiría hasta 1823, debido a que algunos restos de las fuerzas realistas lograron escapar del campo de batalla y lanzarían varias campañas contra el occidente del país, conocidas como la "Campaña de Occidente"; el poder de los españoles en Venezuela estaba liquidado y esto le permitió a Bolívar iniciar las Campañas del Sur mientras que sus subordinados acababan la lucha en Venezuela. Los últimos focos de resistencia realista cayeron en las campañas posteriores, Cumaná en el oriente fue tomada poco después, el 16 de octubre del mismo año. Mientras que Francisco Tomás Morales  logro refugiarse en Puerto Cabello con 2.000 sobrevivientes de Carabobo (más 1.000 hombres de la guarnición local), pronto reunía más de 5.200 hombres reconquistando Maracaibo y Coro el 7 de septiembre y 13 de noviembre de 1822, respectivamente, y finalmente, tras la Batalla Naval del Lago de Maracaibo la situación realista se hizo insostenible y tuvieron que evacuar el 8 de noviembre de 1823, dos días después el castillo fue tomado, acabando así la guerra de independencia.
       La batalla de Carabobo fue la acción más importante para la independencia de Venezuela. A pesar de que la guerra proseguiría hasta 1823, debido a que algunos restos de las fuerzas realistas lograron escapar del campo de batalla y lanzarían varias campañas contra el occidente del país, conocidas como la "Campaña de Occidente"; el poder de los españoles en Venezuela estaba liquidado y esto le permitió a Bolívar iniciar las Campañas del Sur mientras que sus subordinados acababan la lucha en Venezuela. Los últimos focos de resistencia realista cayeron en las campañas posteriores, Cumaná en el oriente fue tomada poco después, el 16 de octubre del mismo año. Mientras que Francisco Tomás Morales  logro refugiarse en Puerto Cabello con 2.000 sobrevivientes de Carabobo (más 1.000 hombres de la guarnición local), pronto reunía más de 5.200 hombres reconquistando Maracaibo y Coro el 7 de septiembre y 13 de noviembre de 1822, respectivamente, y finalmente, tras la Batalla Naval del Lago de Maracaibo la situación realista se hizo insostenible y tuvieron que evacuar el 8 de noviembre de 1823, dos días después el castillo fue tomado, acabando así la guerra de independencia.

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