En las últimas semanas que he tenido la oportunidad de discutir y transmitir mi mensaje a muchos jóvenes recién graduados y estudiantes, me he percatado de un acontecimiento muy particular, el libre ejercicio de la profesión se ha convertido en una opción con mucho mayor peso que en años anteriores, los jóvenes han identificado una opción viable en actuar por cuenta propia visualizando como es debido su futuro a corto plazo manejando una cartera de clientes que haciendo las cosas de forma correcta puede ir creciendo como una bola de nieve y facilitarles una vida de libertad económica que posiblemente la relación de dependencia no pueda generarles.
Esto de alguna manera me ha hecho recordar mi época de “Graduando”, corría más o menos el año 2004 y en un arrebato inesperado de responsabilidad futurista decidí buscar mi primer empleo, a estas alturas te pudiste dar cuenta que yo era un mantenido que a pesar de vivir sin grandes lujos no tenía necesidad de trabajar. Aun así, insistí, toque algunas puertas y tuve mi primer empleo, lo que no tiene ningún sentido y quizás te haga pensar que sufro de algún desperfecto mental es que ese primer empleo fue como REPRESENTANTE DE VENTAS para una gran importadora de repuestos automotrices.
Son las incongruencias de la juventud, estas en la recta final de una carrera universitaria, pero te pones a trabajar como vendedor de repuestos sin tener ninguna necesidad de hacerlo, esto podría encajar si de algún modo la mecánica automotriz hubiese sido alguna especie de pasión para mí, pero lo cierto es que a duras penas sabía yo cambiar un caucho espichado, dificultad que siendo honesto se mantiene hoy doce años después. El resultado de mi estado febril fue que no sabía de que estaba hablando a mis prospectos de clientes, mi lista de productos constaba de unas trescientas páginas y en ocasiones se me hacía más complicado que una lectura del Coran (Libro sagrado del Islam). ¿Qué pensábamos en esa época del libre ejercicio?
En uno de mis intentos de parecer un vendedor de repuestos recuerdo que me tropecé con un profesor de “Contabilidad II” en una cauchera, al conocer el motivo de mi presencia en aquel negocio afirmó algo como: “Menos mal que te estas dedicando a eso porque ejerciendo la profesión te mueres de hambre”. Debes notar como el asunto seguía sin tener sentido (De eso me doy cuenta posteriormente), el docente que debía representar un mentor atiza las intenciones confusas de un muchacho desorientado, esto puede equivaler a recomendarle a un adolescente confundido sobre su tendencia sexual, que no espere más y que se practique un cambio de sexo para salir inmediatamente de la confusión.
En esa misma época conversaba con mis compañeros y uno de estos me comentaba con una actitud parecida a aquel que ha conseguido el “Santo Grial” lo siguiente: “En lo que me entreguen el titulo me pongo a buscar trabajo de visitador médico”, figura que lastimosamente se encuentra prácticamente extinta de nuestra cotidianidad debido a los grandes problemas económicos que afrontamos. Otros afirmaban: “¿Tú has visto Contador millonario? Yo voy a montar es un negocio”.
En fin, el libre ejercicio parecía en esa época la peor opción a seguir, mucha gente se estaba dedicando a otra cosa o pensaba dedicarse a otro oficio, pero eso sí, la clase magistral arrancaba lagrimas hasta a los más insensibles y las dedicatorias en las tesis de grado parecían escritas por Delia Fiallo, lo cierto es que en ese momento no te percatas que MUCHO de lo que sucede a tu alrededor no tiene el más mínimo sentido.
Tu OFICINITA CONTABLE.
Aproximadamente un par de años después, me consigo en un centro comercial a mi profesor favorito de “Matematica II”, ya en ese momento me había olvidado yo de que era una derivada y con que se comía un “limite de un numero sobre cero”, pero aquel hombre si me pregunto con mucha efusividad: “¿Ya montaste tu oficinita?”, a lo que respondí orgullosamente que NO, que yo era el flamante administrador de una distribuidora de textiles, lo cual le sorprendió porque leyó en mi rostro aún con acné que yo de administrador y gerente no tenía mucho y que seguramente era un todero pagando sus primeros años de novatada a cualquier empresa.
Aun en ese momento la “Oficinita Contable” no me resultaba atractiva, era como una falta de glamour (Del cual carezco en gran medida) porque teóricamente yo sería un GRAN ASESOR, nada de teneduría de libros ni andar caminando por las calles de mi ciudad con tres libros empastados bajo el brazo (Somos detectados rápidamente), lo que desconocía es que para consolidarme como un ASESOR en el futuro, yo tenía que hacerme de muchísimas experiencias que condujeran a la prestación efectiva de un servicio.
De la OFICINITA CONTABLE a la SOLIDEZ PROFESIONAL.
El joven profesional hoy por hoy ha descubierto en la “OFICINITA CONTABLE” una oportunidad de negocios, ha hecho algunas cuentas y se ha percatado que prestando servicios profesionales de manera certera y permanente se puede tener una remuneración superior a la ofrecida en alguna empresa como Gerente de Finanzas, de hecho, he conocido de casos donde jóvenes rechazan ofertas de trasnacionales de auditoria porque “En la calle ganan más”, algo que definitivamente era impensable en mi época, donde el compañero absorbido por alguna de las “Big Four” era la envidia de la promoción completa.
El detalle es que este boom por el libre ejercicio donde se cobran cantidades estratosféricas de dinero por unos estados financieros reexpresados “que van para el SNC” muchas veces se parece a la fiebre del oro norteamericana de hace casi dos siglos, que de no manejarse adecuadamente el profesional se queda estancado hipotecando su tiempo ante cualquier tipo de servicio que se le presente, sin ningún tipo de enfoque y evidentemente apurado y estresado en la larga cola del visado del Colegio de Contadores.
Recomendaciones para tu OFICINITA CONTABLE.
No soy quien para asignarte pautas de conducta ni directrices en lo que a tu ejercicio profesional se refiere, pero si vas a iniciar tu proyecto propio tienes que saber que en ocasiones se sufre mucho y que en otras es verdaderamente gratificante. Tu meta es hacer sustentable tu negocio, que funcione de la mejor manera y que en un momento dado funcione sin que tenga que estar tu permanentemente encargado de todo, pretender estar en todo solo por ganas más dinero es un error garrafal.
Para esto tienes que invertir, adquiere software administrativo, contable y laboral de ser el caso, hazte de cuanta plantilla de Excel te pueda resultar útil, invierte en equipos, genera credibilidad mediante líneas fijas de teléfono, centrales telefónicas, correos electrónicos con dominio propio, imagen corporativa y por sobre todas las cosas que el asunto tenga tu personalidad en todo porque ese será tu sustento, tu proyecto de vida.
Equipo de Trabajo
Leyendo lo anterior puedes estarte preguntando “¿Y con que real?”, no repares aun en eso, haz tus cuentas y en lo que empiecen a ser atractivas incluye tus primeros empleados, trata de convertirte en un líder sólido, esto es aún más difícil que conseguir el dinero, vas a tener cualquier cantidad de problemas, vas a lidiar con gente mezquina y egoísta dentro de tu plantilla de trabajadores, pero también te vas a topar con buenos empleados, cada cierto tiempo tendrás que reformar el equipo, incentivar, ganar menos dinero para mantener el barco a flote y cualquier cantidad de experiencias que te irán convirtiendo en un prestador de servicios muchos más sabio.
¿Al leer todo esto experimentas mucha urticaria?... entonces no te dediques al libre ejercicio, porque de esto te va a sobrar, pero como siempre he dicho será usted capitán de su propio barco y en mi humilde opinión esto no tiene precio. Ten tu proyecto en la mente, construye una lista con todo lo que necesitas y sus respectivos precios, esa cantidad de millones no está en tu cuenta bancaria, pero progresivamente puedes ir tildando ítems de la lista y posiblemente en un par de años tengas prácticamente todo, aprende en el camino y convierte esa “Oficinita Contable” que tienes en la cabeza en un “Conglomerado de Servicios Profesionales” (Esa es la manera en que yo denomino a la mía).
Conclusiones
Nunca aprendí a jugar bien al dominó, mi mejor amigo de época de juergas a los veintitantos años quería enseñarme y no le importaba perder muchas partidas con tal de lograrlo, según el “Yo era muy inteligente” y cuando captara el asunto iba a ser indetenible (Eso nunca sucedió). Pero el siempre me indicaba lo mismo “Repite piedras, repite piedras, repite piedras, si cuadraste a tres no salgas después con un cinco si todavía tienes dos piezas con tres”. Esto no tiene otro nombre que ser CONSISTENTE y CONGRUENTE con lo que se hace.
Si usted labra una carrera universitaria dedíquese a ella, SEA CONSISTENTE, REPITA PIEDRAS, no se dedique a otros oficios por pensar que son más convenientes, si usted es CONTADOR PÚBLICO, ABOGADO o MÉDICO y le apasiona su carrera, vívala, disfrútela y construya un proyecto de vida rentable a partir de ese oficio, es muy triste ver gente confundida en la vida porque no saben a qué dedicarse porque hipotéticamente no muchos oficios son rentables.
El mejor ABOGADO vive muy bien, el mejor MÉDICO ni se diga…conviértete en el MEJOR CONTADOR y no habrá diferencia, haz caso omiso de los profetas del desastre, abróchate bien el pantalón y si lo que quieres es una “Oficinita Contable” arranca con lo que dispongas, que la voluntad es mucho más importante que el capital aunque siempre parezca lo contrario.
No hay PROFESIONALISMO sin CONOCIMIENTO
Miguel Mileo
Cortesia: http://virtualpymes.com/
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