Como un duende en mi jardín
A lo mejor Esmeralda la hormiga nos dará una receta para hacer un pan muy rico, o tal vez conversaremos con Carlos el Caimán sobre béisbol. O quizás comeremos mango, mamey y melón con Martha, Mirta y Maricusa. Nada más entrañable que la infancia. Nada más frágil y bello que ese mundo atestado de espectros y bichos que hablan.