Más empecé a ver que en todas las casas estaba la Envidia, la Saña, la Ira, y en todos rostros ardían las brasas de odio, de lujuria, de infamia y mentira.
Hermanos a hermanas hacían las guerra Perdían los débiles, ganaban los malos…
Hermanos a hermanas hacían las guerra Perdían los débiles, ganaban los malos…